Patriota, médico y científico cubano, especialista en Obstetricia y Ginecología. Combatiente de las tres guerras del Siglo XIX por la independencia de Cuba. Como hombre de ciencias obtuvo notables reconocimientos y dejó una apreciable obra escrita en el terreno de la Obstetricia y la Ginecología. Fue un destacado revolucionario cubano, historiador y partícipe de los hechos narrados, y un excepcional profesor de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de la Habana durante 30 años.
Eusebio Hernández Pérez, nace en Colón, provincia Matanzas, Cuba, el 18 de enero de 1853.
Para 1887, termina la licenciatura en Medicina en Madrid y luego, teniendo en cuenta el fracaso del movimiento revolucionario del 1884 al 1886, sostenido tenazmente por los Generales Máximo Gómez, Antonio Maceo, Crombet, Carrillo(Pancho), Emilio Núñez, otros muchos ilustres cubanos y él mismo y provisto de una licencia del General Gómez y de acuerdo con Carrillo, Leandro Rodríguez y otros amigos, decide marchar a Europa para hacer una especialidad que le permitiera volver a Nueva York a poner en práctica sus anhelos patrióticos. De este modo, realiza estudios de Obstetricia y Ginecología en París – donde, en 1889, conoce a Pinard, cuya historia científica y política él mismo considera que tiene muchos puntos de semejanza con la suya.
Esta circunstancia, entre otras, le valió las simpatías de Pinard (a quien considera un gran patriota), y le permitió figurar entre los discípulos del reformador de la Obstetricia contemporánea en la Clínica Baudelocque, al frente de la cual figuró, desde 1890, como profesor de partos de la Facultad de París.
Su dedicación al estudio de su carrera, con ser altísimo, fue inferior a su compromiso con la Patria. El mismo hombre que en 1883 desde Tegucigalpa escribía a Maceo que estaba ocupadísimo con su creciente clientela, pero que no se acordaba del negocio cuando pensaba en Cuba, tomó la decisión de escoger esta especialidad, pero subordinándola siempre a las necesidades del movimiento revolucionario.
Su salud se resentía con su avanzada edad. En 1926, él mismo se diagnosticó un cáncer de colon, planificando la operación que a su juicio debía hacérsele, evitando lo que hoy se llama colostomía, ante lo cual prefería la muerte.
Ningún médico se atrevió a intervenirlo quirúrgicamente de acuerdo a sus instrucciones ni en La Habana, ni en Nueva York, y ni siquiera en París. Ese riesgo sólo lo asumió el Dr. Seller en Berlín, con absoluto éxito, aunque para consolidarlo hubo de mantenerse allí seis meses con un tratamiento permanente de desinfección. Su viaje de ida fue costeado por orden de su viejo amigo de la Guerra de Independencia, el Secretario de Instrucción Pública, General José Braulio Alemán, y su regreso por barco, el 2 de junio de 1928 fue apoteósico, siéndoles impuestas en el Teatro Nacional la Gran Cruz de Carlos Manuel de Céspedes, y la Orden de la Cruz Roja Nacional, los dos galardones máximos del servicio ciudadano y científico.
Eusebio Hernández fallece en La Habana el 23 de noviembre de 1933, víctima de un edema agudo del pulmón y es sepultado en la Necrópolis de Colón al día siguiente en un panteón familiar. El hecho de haber presidido el acto e impuesto las órdenes el presidente Machado hizo que, en su muerte, las organizaciones estudiantiles se negaran a que Hernández fuera velado en el Aula Magna de la Universidad, siéndolo en la Academia de Ciencias.
Fuente:
Enlaces:
[1] http://www.ecured.cu/index.php/Especial:FuentesDeLibros/959060448X
[2] http://www.ecured.cu/index.php/Archivo_Hist%C3%B3rico_Municipal_de_Col%C3%B3n
[3] http://www.ecured.cu/index.php/Municipio_Col%C3%B3n
[4] http://www.ecured.cu/index.php/Jos%C3%A9_Ram%C3%B3n_Zulueta_Hern%C3%A1ndez