Hoja Informativa de Enero del servicio de la DSI

Algunos de los fármacos que se utilizan habitualmente en el control de enfermedades crónicas (insuficiencia cardiaca, control del dolor, o enfermedades reumáticas como la osteoporosis, la gota, las artritis, o el lupus), pueden provocar lesiones oculares, algunas de las cuales pueden llegar a ser irreversibles.

La mayoría de los fármacos que tomamos vía oral, son absorbidos y pasan a la circulación general con la posibilidad de ocasionar efectos adversos en órganos y sistemas, incluidos el ojo.

Cuando el paciente presenta síntomas oculares se le debe preguntar qué medicamentos está tomando, pues muchos de estos efectos pueden evitarse con el cribado de pacientes ante factores de riesgo visual, el seguimiento de la toxicidad ocular, la disminución de la dosis de la medicación o la suspensión de la misma por otras alternativas.

Este es el tema de esta hoja informativa que puede acceder en el Repositorio de Productos informativos [3] o el es espacio destinado a ellos en este sitio [4].