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Antes de que acabe el 2021 el pueblo cubano habrá sido inmunizado

Para ofrecer detalles sobre la actual fase III de ensayos clínicos de los candidatos vacunales Abdala y Soberana 02, el recién iniciado estudio de intervención en instituciones científicas y de la salud y la continuidad del camino hacia la vacunación masiva de la población cubana contra la COVID-19, autoridades del Ministerio de Salud Pública y BioCubaFarma y los directores generales del CIGB y el Instituto Finlay de Vacunas comparecen este martes en la Mesa Redonda.


¿Cuál es la situación epidemiológica en el país?

 

Desde la llegada de la pandemia a Cuba, el país acumula 68 250 casos confirmados: 66 966 cubanos y 1 284 extranjeros. En el país se han enfermado 63 269 personas, pues 4 981 son casos importados. 

Al ofrecer estos datos en el inicio del programa televisivo, la doctora Carilda Peña García, viceministra de Salud Pública, señaló que la tasa de incidencia en los últimos 15 días es de 103.5 por cada 100 000 habitantes.

“Es una cifra reciente que nos parecía imposible cuando los científicos comenzaron a pronosticar el decursar de la pandemia en aquellas primeras apariciones en la Mesa Redonda. Realmente, el país se ha enfrentado a tres momentos en el desarrollo de este brote epidémico”.

Recordó que la primera etapa se produjo durante la introducción de la enfermedad en el país. Luego, hubo un segundo momento en el que se logró el control. Finalmente, hubo un tercer rebrote que estamos enfrentando actualmente. Durante todos esos períodos, se han tomado un grupo de medidas que se fueron adoptando en dependencia de las condiciones.

La última etapa de contagios, el tercer rebrote, ha afectado a todas las regiones del país. Solo un municipio no ha reportado casos: Yateras. “Hoy, la situación más compleja se centra en dos provincias del país, a partir de la densidad poblacional y la cantidad de casos. Son los lugares más importantes desde el punto de vista del desarrollo socioeconómico: La Habana y Santiago de Cuba”, apuntó.

“En el caso de La Habana, al terminar la última semana, nosotros estamos diagnosticando 5 286 casos. Es la segunda semana con una discreta reducción de casos. Parece ser que en el resto de los territorios vamos teniendo algún nivel de freno, no de control.

“Mientras tengamos tasas tan elevadas en dos polos poblacionales tan importantes, se mantiene el riesgo para todo el país”, subrayó.

La viceministra de Salud Pública precisó que, de las cifras brindadas cada mañana por el Dr. Durán, un poco más de la mitad, el 56%, corresponden a La Habana, que está terminando la semana con la tasa de incidencia más alta del país, de 292 casos por cada 100 000 habitantes, mientras que Santiago de Cuba registra 102 por cada 100 000 habitantes.

Otros territorios tienen niveles de afectación importantes: Pinar del Río, aun cuando al concluir la última semana tuvo una discreta disminución de casos; Granma, que presenta un rebrote importante y no se había enfrentado a este fenómeno, “por lo que los mecanismos de control no están tan reforzados”, y Sancti Spíritus, donde se  incrementa la cantidad de casos.

“Si comparamos las poblaciones de estos lugares e inclusive la distribución geográfica de los casos, no es difícil comprender que con un grupo de medidas incrementadas pudiéramos tener en un menor tiempo un control de la situación.

“No es el caso de La Habana y Santiago de Cuba, donde todos somos testigos de la amplia dispersión de la enfermedad”, remarcó.

 

Se han recuperado casi el 95% de los enfermos de COVID-19

 

La doctora Peña García lamentó el fallecimiento de 401 personas por la enfermedad, lo que implica una tasa de letalidad de 0.59. “Si nos comparamos con el resto del mundo y la región, podemos pensar que no es un problema, pero para nosotros la pérdida de la vida de una sola persona es un gran problema”.

En contraste, se han recuperado casi el 95% de los enfermos de COVID-19 en el país. “Nuestros intensivistas, que se han vestido con traje de gala, por decirlo de algún modo, nos reclamaban que solo hablamos de los recuperados. También hay que hablar de quienes se han salvado luego de pasar por las terapias intensivas”, dijo.

En esta última etapa −comentó− se han estado atendiendo a diario, como promedio, 65 casos en categoría de críticos o graves. “Para nosotros son números alarmantes, pero si los comparamos con la región nos hemos preparado con muchas camas de terapia, utilizamos todos los recursos del sistema y, afortunadamente, no hemos tenido que utilizar todo ese arsenal”.

“Quizás, si no tuviéramos todos los mecanismos de los que hablaremos hoy, en un futuro nos hicieran falta esos recursos y muchos más”, apuntó.


Las indisciplinas también están golpeando

 

Reconoció que la transmisión en instituciones, centros de trabajo o estudio, también está golpeando. “Cuando se da un brote en un centro de trabajo, allí confluyen personas de varios territorios, y se convierte en un diseminador para lugares donde no había infección previa. Por tanto, la responsabilidad de las instituciones laborales es esencial.

“Hay que cumplir las indicaciones, casi lemas ya, según las cuales no debe entrar nadie con síntomas respiratorios a trabajar, hay que pesquisar todas las mañanas. Todos debemos estar alertas ante la presencia de la tos seca, la fiebre, el malestar general y otros síntomas que caracterizan la COVID-19 y no acudir a laborar, sino a las instituciones de salud”.

Informó que actualmente los servicios de salud cuentan con los test de antígenos para discernir en un corto periodo de tiempo entre el Sars-CoV-2 y otras afecciones respiratorias. “Tenemos todos los mecanismos creados para enfrentar esta situación”.

“A veces hay fallos, sobre todo relacionados con la llegada del transporte para el traslado a los centros de aislamiento. Pero le pedimos a la población que, en primer lugar, denuncie estas situaciones por los canales habilitados, y, segundo, que asuma la importancia del aislamiento.

Cada vez que hay un caso sospechoso o con un test de antígeno positivo, tiene casi 99% de probabilidad de ser un caso positivo de COVID-19. Está probado que si usted saca a esa persona del entorno donde se mueve, los contactos directos tendrán menor probabilidad de infectarse. No es así cuando llegan a las instituciones al cuarto o quinto día, con lo que, además, tienen mayor probabilidad de desarrollar formas graves de la enfermedad”.

La salud pública juega un rol vital en la detección precoz y en la pesquisa diaria. “Para ello nos hemos apoyado en factores de la comunidad y representantes de las organizaciones de masas. Sin embargo, también tiene que haber responsabilidad individual para con el entorno social, el centro de trabajo, la familia, en la detección de posibles casos positivos”.

Hay medidas que en la fase actual resultan imprescindibles, insistió. “Hay personas que se quejan por el cierre, porque no pueden salir de La Habana. Sin embargo, ahora mismo en la capital hay una elevada tasa de transmisión, y usted pone en riesgo a otros territorios al trasladarse con una infección manifiesta o asintomática”.

Las gráficas de comportamiento de las últimas semanas indican que parece haber una lenta tendencia hacia una meseta, pero con indicadores altos. “Esa meseta no es conveniente, porque seguimos con los fallecidos, con casos graves y críticos”, aclaró.

 

Es importante no confiarnos solamente en la vacuna

 

“En este momento circulan otros virus respiratorios. Por eso el test de antígenos es muy importante, pues tiene la capacidad de acercarnos a lo que pudiera ser la positividad de un enfermo con el Sars-CoV-2. Y eso está en el policlínico; por tanto, hay que ir. Es importante precisar que estos test son para aquellos pacientes con síntomas.

“El asintomático que tiene contacto directo con un positivo debe aislarse, y aun dentro de su vivienda debe mantener el nasobuco, practicar el distanciamiento y cumplir otras medidas. En las provincias donde están creadas las capacidades para el aislamiento institucional, este aislamiento debe respetarse”, enfatizó.

Recordó que durante todo el año de la pandemia se han probado diferentes protocolos. “Empezamos calculando el periodo de incubación de la enfermedad hasta 14 días. Nos dimos cuenta de que perdíamos tiempo con personas en los centros de aislamiento, porque empezaban a enfermarse antes. Fuimos ajustando este indicador y llegamos a la conclusión de que realizando el PCR al quinto día detectamos la mayor cantidad de personas que se infectan y ganamos tiempo.

“Hoy tenemos 22 laboratorios de biología molecular en el país. Comenzamos con cuatro. La intención es que cada provincia cuente con su laboratorio y eso es un lujo. No hemos escatimado en el gasto que le cuesta al país asegurar que estén los laboratorios, los reactivos y los medios. Los científicos cubanos han aportado fórmulas para los reactivos, medios de transporte, los hisopos”, destacó.

Sobre la situación con los falsos positivos, apuntó que “cuando tenemos una duda, lo repetimos. Para esta tecnología no hay en todos los lugares la experticia suficiente. Apenas llevamos un año con esta afección, hemos tenido que formar personal; cuando pasa un tiempo adquiere destreza.

“Es importante no confiarnos solamente en la vacuna. Hay que seguir respetando el código de vida, practicando el distanciamiento y cumpliendo las medidas de protección individual y colectiva. Ahí están las claves del éxito para que Cuba, en un futuro no muy lejano, vuelva a tener el control de la enfermedad”, afirmó.

 

Para más detalles visite la página oficial de Cubadebate.

Palabras clave: COVID-19, vacuna, enfermedad, inmunidad, enfermos, recuperado

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