Personalidad médica destacadísima, Ángel Arturo Aballí Arellano, falleció en La Habana el 22 de julio de 1952 tras una larga y fructífera vida. Había nacido en Matanzas, el 30 de septiembre de 1880.
Comenzó a destacarse desde sus años estudiantiles en la Universidad de La Habana, donde se graduó en 1901: obtuvo 14 premios científicos en las asignaturas cursadas, además de ganar por oposición varias plazas de alumno ayudante y ser el primer estudiante cubano en obtener una beca de estudio que le permitió practicar en el extranjero.
Es considerado uno de los pediatras más importantes de la historia de la medicina cubana. Creó el primer servicio de clínica infantil en el país e introdujo la otoscopía, el uso del cistoscopio infantil, el estudio del líquido cefalorraquídeo y las pruebas hepáticas, técnicas y procedimientos de vanguardia en aquellos tiempos.
Estudió y combatió las enfermedades diarreicas, la desnutrición y la tuberculosis, enormes males que diezmaban la población infantil del país.
El Dr. Aballí Arellano es un ejemplo para cada médico cubano contemporáneo.
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