Personal de la OMS y UNICEF informan a los ciudadanos congoleños sobre cómo prevenir el ébola en Beni, en la provincia North Kivu, República Democrática del Congo. EFE/ Eugene Kabambi
Sylvana, la pequeña nacida este domingo, “pesa 3,7 kilos, se encuentra en buen estado de salud y no está contagiada por el ébola“, aseguró el Ministerio.
Su madre, que contrajo el virus ya embarazada y fue admitida en el Centro de Tratamiento de Beni en diciembre de 2018, contó con un seguimiento del estado del bebé tras curarse, llegando incluso a dormir en las instalaciones del Centro.
Según los últimos datos divulgados por este organismo, el número de muertes por el brote de ébola que asola el noreste del país asciende a 383, de las cuales 335 han sido confirmadas en laboratorio y 48 son probables.
En un informe emitido con cifras vigentes hasta el 8 de enero, las autoridades indican que el total de casos se sitúa en 628, de los cuales 580 están confirmados en pruebas de laboratorio y 48 son probables.
Como consecuencia del virus, unos 1,2 millones de electores de las zonas del noreste y el oeste no pudieron votar en los comicios del pasado 30 de diciembre y no podrán ejercer su derecho hasta marzo, a pesar de que la Comisión Electoral (CENI) anunció como ganador hoy al opositor Félix Tshisekedi, con un apoyo cercano al 38 %.
Este brote se declaró el pasado 1 de agosto en las provincias de Kivu del Norte e Ituri, si bien el control de la epidemia se ha resentido por el rechazo de algunas comunidades a recibir tratamiento y la inseguridad en la zona, donde operan numerosos grupos armados.
Esta epidemia ha superado ya a la más mortífera de la historia de RDC, la que se produjo en la localidad Yambuku, en el norte del país, a finales de agosto de 1976, considerado como el primer brote de ébola registrado, y que dejó 280 muertos de 318 casos que se produjeron.
Desde el pasado 8 de agosto, cuando empezaron las vacunaciones, 57.471 personas han sido inoculadas, en su mayoría, en las ciudades de Mabalako, Beni, Mandima, Katwa y Butembo, de acuerdo con las últimas cifras del Ministerio de Sanidad.
El virus del ébola se transmite a través del contacto directo con la sangre y los fluidos corporales contaminados, provoca fiebre hemorrágica y puede llegar a alcanzar una tasa de mortalidad del 90 % si no es tratado a tiempo.
El brote más devastador a nivel global fue declarado en marzo de 2014, con casos que se remontan a diciembre de 2013 en Guinea Conakri, país del que se expandió a Sierra Leona y Liberia.
Casi dos años después, en enero de 2016, la OMS declaró el fin de esta epidemia, en la que murieron 11.300 personas y más de 28.500 fueron contagiadas, cifras que, según esta agencia de la ONU, podrían ser conservadoras.
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