Un patrón de actividad cerebral que podría ser una señal temprana de esquizofrenia

En un estudio que podría posibilitar un diagnóstico de la esquizofrenia más temprano de lo que hoy es factible, se han encontrado conexiones cerebrales anormales que permiten predecir la aparición de episodios psicóticos.

La esquizofrenia, un trastorno cerebral que produce alucinaciones, ideas delirantes y deficiencias cognitivas, suele manifestarse por vez primera en los afectados durante la adolescencia o en los primeros años de la edad adulta. Si bien algunas señales pueden sugerir que una persona se halla en alto riesgo de desarrollar el trastorno, no hay forma de diagnosticarlo de manera definitiva hasta que sucede el primer episodio psicótico.

El equipo internacional de Guusje Collin y Susan Whitfield-Gabrieli, ambas en el Instituto McGovern para la Investigación del Cerebro, dependiente del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en la ciudad estadounidense de Cambridge, ha encontrado ahora un patrón de actividad cerebral correlacionado con el desarrollo de la esquizofrenia, que podría ser utilizado como marcador para diagnosticar antes la enfermedad.

Antes de que experimenten un episodio psicótico, caracterizado por cambios súbitos de estado de ánimo y una pérdida de contacto con la realidad, los pacientes pueden sufrir síntomas más leves, como el pensamiento desordenado. Esta alteración en la manera de pensar puede llevar a comportamientos anómalos como saltar de un tema a otro de forma aleatoria y sin seguir el hilo durante una conversación, o proporcionar respuestas no relacionadas con la pregunta original. Estudios anteriores han mostrado que alrededor del 25 por ciento de las personas que experimentan estos síntomas tempranos acaban desarrollando esquizofrenia.

El equipo de investigación hizo un seguimiento de 158 personas con edades comprendidas entre los 13 y los 34 años que fueron identificadas como en riesgo alto de padecer esquizofrenia debido a que habían experimentado los primeros síntomas. El equipo incluyó también 93 sujetos que no tenían ningún factor de riesgo. Al principio del estudio, los investigadores se valieron de imágenes obtenidas por resonancia magnética funcional para medir un tipo de actividad cerebral que implica a "redes de estado en reposo". Tales redes consisten en regiones cerebrales que se conectan y comunican preferentemente entre sí cuando el cerebro no está efectuando ninguna tarea cognitiva en particular.

Un año después de los escaneos iniciales, 23 de los pacientes de alto riesgo habían experimentado un episodio psicótico y fueron diagnosticados con esquizofrenia. En los escaneos de esos pacientes, tomados antes de su diagnóstico, los investigadores encontraron un patrón de actividad diferenciado que era distinto del de los sujetos sanos y del de los sujetos de alto riesgo que no habían desarrollados psicosis.

Por ejemplo, en la mayoría de las personas, una parte del cerebro conocida como giro temporal superior, que está implicado en el procesamiento auditivo, está altamente conectada con regiones cerebrales implicadas en la percepción sensorial y el control motor. Sin embargo, en pacientes que desarrollaron psicosis, el giro temporal superior se conectó más con las regiones límbicas, que están implicadas en el procesamiento de emociones. Esto podría ayudar a explicar por qué los pacientes con esquizofrenia experimentan normalmente alucinaciones auditivas.

En cambio, los sujetos de alto riesgo que no desarrollaron psicosis mostraron una conectividad de redes casi idéntica a la de los sujetos sanos.

Este tipo de actividad cerebral diferenciada podría ser útil como un indicador temprano de esquizofrenia, especialmente dado que es posible que pueda ser visto incluso en pacientes jóvenes. Los investigadores están ahora llevando a cabo comprobaciones similares con poblaciones en riesgo más jóvenes, incluyendo niños con un historial familiar de esquizofrenia.