Diccionario Médico

Dismorfofobia

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dismorfobia

La dismorfofobia es una enfermedad que se caracteriza por la preocupación excesiva por alguna característica física concebida como defecto, ya sea real o imaginario, tal y como indica Natalia Jiménez Gómez, dermatóloga del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid. “Los principales síntomas son los pensamientos obsesivos acerca de los defectos percibidos, depresión, ideas y creencias delirantes relacionadas con dichos defectos, así como ansiedad y baja autoestima”, describe. Además, las personas afectadas pueden presentar cambios corporales como consecuencia de las medidas estéticas que adoptan ellos mismos para modificar aquellas partes de su cuerpo que no les gustan.

La combinación del componente físico y mental hace que la dismorfofobia se englobe dentro de las enfermedades psicodermatológicas, es decir, aquellos síndromes psiquiátricos con repercusión en la piel. Lucía Trigo Millán y Rosalía Campos Álvarez, ambas profesionales del centro Adamia Psicología en Vigo, explican que las principales causas de este problema son la baja autoestima, la adquisición de un lenguaje negativo acerca del propio cuerpo, pensamientos autoderrotistas, y los estereotipos o cánones de belleza adquiridos. “Estas ideas han podido ser infundadas o, por el contrario, fomentadas por la familia y el entorno”, subrayan. La distorsión acerca de la forma o el tamaño de una parte del cuerpo conlleva al aislamiento porque estas personas tienen miedo a que la gente les mire cuando van por la calle.

Los detonantes de la dismorfofobia hacen que los adolescentes sean los más vulnerables. “Es una etapa problemática, ya que aquí empiezan las preocupaciones acerca del físico debido a los cambios corporales que se experimentan”, comentan Trigo y Millán. En este sentido, estas expertas apuntan la asociación de esta enfermedad con otros trastornos relacionados con la percepción de la imagen como la bulimia y la anorexia.

Consejos para prevenir la dismorfofobia en la adolescencia

Para Trigo y Millán, el entorno familiar y escolar es fundamental para la prevención de este trastorno que tiene su origen a edades tempranas ya que deben transmitir un valor normalizado del aspecto físico alejado de los estereotipos impuestos por la sociedad.

Es la familia la que debe restar importancia a los cambios físicos que se experimentan a partir de la adolescencia tratándolos con normalidad para que los jóvenes no sientan que lo que tienen es grave”, señalan. Además, es recomendable controlar las críticas y las comparaciones entre hermanos porque se podría contribuir a la distorsión de la realidad o las ideas sobrevaloradas del cuerpo. “A nivel escolar, se puede prevenir a través de un tratamiento dirigido al bullying, de ser el caso, y no permitir que esta experiencia se enquiste”, sugieren.

Por último, la aceptación de uno mismo y el control que el adolescente dedica a su imagen personal es importante para no fomentar la idea de perfección.

Fuente:cuidateplus.marca.com

 

Trastorno dismórfico corporal. También denominada:TDC

Trastorno mental caracterizado por la preocupación obsesiva por un defecto percibido en las características físicas.

El tratamiento puede ayudar, pero la enfermedad no tiene cura. Necesita un diagnóstico médico. No son necesarias pruebas de laboratorio o resonancias magnéticas. Crónica: puede durar años o toda la vida

Las imperfecciones pueden ser mínimas o imaginarias. Sin embargo, la persona puede pasar horas al día tratando de corregirla. La persona puede hacerse muchos procedimientos cosméticos o ejercitarse en exceso.

Las personas con este trastorno examinan frecuentemente su apariencia en el espejo, comparan constantemente su apariencia con la de los demás y evitan las situaciones sociales o las fotografías. El tratamiento puede incluir terapia y el uso de medicamentos antidepresivos.

Se debe consultar a un especialista para obtener asesoramiento médico

Fuentes: Mayo Clinic.